En Biología la morfología es el estudio y descripción de la estructura externa de los órganos de los seres vivos. En Geología es el estudio de las formas del relieve terrestre. Lo que se conoce como morfología de la prensa o morfología de los medios gráficos o impresos es el estudio de una publicación tal como se presenta a los lectores: cuáles son los elementos que permiten su reconocimiento como lo que es (un periódico y no un libro o un folleto; este periódico y no tal otro) y el reconocimiento y diferenciación de sus contenidos (noticias, cartas de lectores, avisos publicitarios, etc).

La morfología de la prensa es, precisamente, el estudio de aquellos elementos cuya función es posibilitar la diferenciación de los objetos. Esos elementos no son todos iguales o del mismo tipo. En las publicaciones periódicas impresas es posible diferenciar tres clases de elementos diferenciales: físicos, lingüísticos y numéricos y no lingüísticos.

Elementos físicos 

Uno de los elementos básicos del periódico es la forma. Ésta siempre es rectangular (en escasísimos casos cuadrada). Afirma Rivadaneira Prada que corresponde a la Psicología explicar las razones por las cuales el hombre tiende, desde sus primeros escritos pictográficos, a la forma rectangular. El rectángulo, como el cuadrado, enmarca con precisión y armonía toda percepción visual; también facilita divisiones proporcionales simétricas realizables de manera sencilla.
En el caso de los periódicos puede especularse también en torno a razones prácticas que justifiquen la forma rectangular: facilidad de manejo del material, economía de papel y facilidad de impresión.
Otro autor, Roger Fidler, relaciona este aspecto con las características físicas de la figura humana (rostro y cuerpo) y con el hecho de que las personas cuando se comunican entre ellas, se aproximan y en esta situación los ojos tienden a centrarse en el eje vertical.
Estudios de legibilidad indican que para manejar de cerca la densidad de la información escrita, los ojos tienden a hacer foco en segmentos verticales, lo que explicaría -además de la forma rectangular- el uso de columnas que hacen que el lector transite con más rapidez y comodidad por el texto.

Otro elemento físicamente ponderable en un periódico es el tamaño, factor variable pero limitado a las facultades perceptuales del hombre así como a sus dimensiones corporales y facilidades manipulatorias. El ser humano, en su afán de dominio sobre la naturaleza, ha creado objetos adecuados a sus facultades físicas, proporcionales a sus manos, ojos, brazos, piernas, etc. (Los griegos decían “El hombre es la medida de todas las cosas)

El formato, otro aspecto perceptible físicamente, es la resultante de la combinación de los dos elementos anteriores. Así, la distinta combinación de forma y tamaño definen dos grandes estilos, los más usados hoy: el estándar, llamado también grande o sábana y el tabloide o medio estándar. Las medidas aproximadas de un periódico de formato estándar son 38 x 58 cm y de un tabloide 29 x 38 cm. De todos modos estas medidas no son estables. Se pueden diferencia tabloides pequeños, como Clarín (en principio más cómodos) o grandes como Página 12.

La diferencia de formato lleva consigo propiedades particulares inherentes a cada uno. El tabloide es más apropiado para el uso de varios colores; su distribución en menor cantidad de columnas naturales exige estilos de diagramación especiales; se presta más a la información gráfica y a titulares más llamativos. El tabloide aparenta o puede sugerir menor formalidad en su estructura sintáctica y a la vez ocasionar mayores impactos “inmediatistas” sobre el receptor/perceptor.

En este aspecto, como en tantos otros relacionados con los medios gráficos, ha habido una evolución notable: los periódicos del siglo XVIII (Gazetas) tenían en su mayoría un formato menor que el tabloide. Los primeros grandes diarios fueron sábana (por ejemplo, La Prensa y La Nación en nuestro país, nacidos en 1869 y 1870 respectivamente). Recién en 1928 nace el primer tabloide argentino: El Mundo, aunque en Europa y Estados Unidos este formato ya se había difundido, sobre todo para diarios populares y/o populistas, calificación que también depende de la tradición de cada país.

En cuanto al formato, una variante relativamente nueva es la del llamado “diario de bolsillo”, formato pequeño y de pocas páginas motivado, en principio, en cuestiones relacionadas con los nuevos hábitos de lectura de las grandes ciudades (se lee el periódico en trenes o colectivos; se lee menos, etc.), así como en la búsqueda de nuevas alternativas de financiamiento (estos periódicos tienen bajos costos de producción, se financian totalmente con la publicidad y se entregan gratuitamente al lector).

El peso del diario es otro elemento físico. El mayor o menor grosor del papel (gramaje), en complementación con su textura y color, puede influir en la legibilidad. Del grosor y calidad del papel dependen la nitidez y perfección de la impresión, tanto como las facilidades de transporte en la etapa de la distribución.

El color es un elemento incorporado en las últimas décadas a los medios gráficos informativos, al menos en nuestro país. Razones relacionadas con limitaciones tecnológicas y de tiempo impidieron durante siglos que los medios de periodicidad diaria e incluso semanal imprimieran en otros colores que no fueran el negro. En publicaciones periódicas el color estuvo, durante mucho tiempo, reservado sólo a las revistas.
Paralelamente, igual que con el formato tabloide, el uso del color fue -años atrás- sinónimo de sensacionalismo. En ambos aspectos, la tradición ha variado y así como en las últimas décadas los nuevos periódicos que aparecen son todos tabloides y los diarios tradicionales han ido cambiando su formato sábana por el tabloide, prácticamente ya no existen diarios o periódicos que no utilicen color, fundamentalmente en su primera plana, en logotipos o isotipos, en fotografías, avisos publicitarios y para destacar algunas secciones.
De todas formas, aún con estos cambios, es notable la diferencia que existe en el uso del color entre secciones “serias” o estrictamente informativas y de opinión y otras partes del diario, como secciones de espectáculos y entretenimientos y, fundamentalmente, en suplementos, en los que el despliegue de este recurso es casi ilimitado. Llamar y retener la atención del lector, producir efectos psicológicos o crear una atmósfera son algunas de las funciones que cumple el color en estos casos. La expansión de su uso ha sido notablemente influida por la posibilidad relativamente reciente de lograr buenas totalidades al imprimir a altas velocidades con un papel de costo razonable, aspectos esenciales de una publicación diaria accesible.

Rivadaneira Prada distingue también entre los elementos físicos a figura y fondo. En el elemento figura se encuentran las señales impresas del lenguaje escrito, así como imágenes gráficas y fotográficas. La figura es un complejo de códigos visuales dispuestos según contenidos informativos, de opinión, entretenimiento, publicidad, etc. El fondo representa la superficie no impresa: márgenes, espacios blancos entre líneas, entre columnas, etc..

Sin este elemento que sirve de base organizativa a la figura, no sería posible la existencia del objeto mismo. La consideración de la importancia del blanco en las publicaciones diarias también es un aspecto que ha ido evolucionando. Mientras los primeros periódicos, y aún las publicaciones de principios del siglo pasado, tendían a una ocupación casi total de la superficie de impresión, en las últimas décadas (y de la mano de la importancia que adquirió el diseño en el periodismo) es notable la existencia de publicaciones con más áreas blancas, de descanso visual, o de “aire”, que contribuyen a aligerar las páginas y a hacer que el lector se sienta más dispuesto a encarar su lectura.

A veces se idean fondos negros o grises en algunas unidades; entonces las letras aparecen como figuras blancas. Respecto del número de páginas, éste es siempre par y divisible por cuatro. Esto tiene que ver con que el diario se imprime y compagina por pliegos de dos hojas y cuatro páginas. Este no es un aspecto menor a la hora de planificar una edición, desde el momento en que si es necesario más espacio para determinado contenido, no es posible agregar sólo una página o dos, sino siempre cuatro. Esto puede motivar tanto que haya que reducir textos, como que sea necesario “inflar” algunos o agregar contenidos que no estaban inicialmente planificados. El número de páginas de un periódico es un aspecto que debe también ser analizado siempre en relación con otros como el peso o el tamaño.

 Elementos lingüísticos y numéricos 

Es evidente que hay una gran cantidad de letras y números en un periódico. Podría decirse que es su elemento más abundante. Sin embargo, no es todo un montón de letras. En principio, podemos diferenciar los textos propiamente dichos: en un diario encontramos noticias, notas, gacetillas, entrevistas, también crónicas, investigaciones, editoriales, cartas, etc, es decir, textos periodísticos que podemos a su vez diferenciar por estilos y géneros. Lo morfológico es lo que nos permite diferenciar e identificar. En este caso, incluso a primera vista, podemos distinguir encabezados de textos propiamente dichos.

Así, generalmente arriba del texto propiamente dicho se ubican una serie de elementos que, en conjunto, conforman lo que se conoce como encabezado. Lo más claramente distinguible en el encabezado es el título, escrito en una o dos líneas con una tipografía evidentemente distinta (sobre todo en tamaño) de la del texto. Pero el encabezado suele integrarse con otros elementos: por arriba del título está el antetítulo o volanta, en tanto que después del título se puede encontrar un subtítulo o bajada, una o a lo sumo dos líneas de texto en una tipografía de menor tamaño que la del título pero mayor que la del texto. En otras ocasiones, en lugar de bajada, el diseño presenta lo que se llama copete, un texto breve, pero de varias líneas. El encabezado puede incluir sólo el título; volanta y título; volanta, título y bajada; o volanta, título y copete (bajada y copete no van nunca juntos).

Cada uno de estos elementos cumple una función distinta. Así, en los textos informativos mientras el título es, generalmente, una respuesta sintética a la pregunta ¿qué pasó?, los otros elementos permiten dar al lector más pistas que llamen su atención y lo atraigan a leer el texto. La función de la volanta o antetítulo es ubicar espacio/temporalmente al lector, ubicarlo en el tema o también indicarle quién es el autor de la cita que conforma el título, o indicarle de qué ámbito proviene la información del título. Por su parte, la bajada o subtítulo tiene la función de complementar, completar lo que dice el título. Finalmente, la función del copete es la de sintetizar los aspectos más importantes de la información. No es recomendable repetir palabras en las distintas partes que componen un encabezado.

Otro elemento importante es el epígrafe, breve texto que acompaña a una fotografía o ilustración y que tiene por función ayudar al lector a interpretar lo que esos elementos gráficos muestran. Lo ideal es cuando el epígrafe no se limita a indicar lo que obviamente se ve, sino que agrega datos para una mejor comprensión.

La publicidad también utiliza signos lingüísticos y símbolos numéricos.

Elementos no lingüísticos – Estructura general del periódico

Toda publicación tiene una estructura, o sea una organización para sus contenidos y elementos. Esta estructura tiene una función diferencial, pero tiene también otra función importantísima que se relaciona con el diseño: la estructura de un periódico es una propuesta a recorrerlo, es una ayuda y es un elemento de seducción para el lector.

Así como el diseño de un espacio construido determinado debe evitar que quien lo recorra se pierda o pierda tiempo buscando el baño, el diseño de la estructura de una publicación también cumple esa función y esto ha ido evolucionando con el tiempo. Hoy se habla para los periódicos de una estructura de “shopping”, con una entrada jerarquizada, pero también con la posibilidad de distintas entradas (como los distintos comercios que integran un shopping).
Puedo abrir el periódico donde sea y empezar a leer. Cada página ofrece al lector una entrada interesante, ya sea a través de los encabezados, o bien mediante fotos y otros elementos.

Cada periódico diseña su propia estructura, pero hay elementos estables para todos:

  •  La primera plana o tapa
  •  El retiro de tapa (usado como tal en los tabloides)
  •  La contratapa
  •  Las páginas interiores, organizadas en secciones
  •  Los suplementos (fijos, semanales, especiales, incluidos o extraíbles)

La primera plana es el elemento de primer impacto en el receptor/perceptor. Existe la presunción (o acuerdo tácito entre emisor-receptores) de que aquello con lo que se tiene el primer contacto visual es indudablemente “lo más importante” del conjunto del periódico.
La primera plana tiene elementos propios y elementos de otras páginas y varía según se trate de tabloide o estándar.

En muchos diarios de formato estándar, la primera página es una selección de las noticias más destacadas del día en los ámbitos nacionales o internacionales. La primera plana de estándar admite, por su extensión, tanto encabezados como textos íntegros de varias notas. En los tabloides, la primera página semeja un sumario hecho sobre la base de títulos y fotografías cuyo texto ha de encontrarse en páginas interiores. Así, no hay en la primera plana del tabloide noticias desarrolladas, a lo sumo es posible encontrar breves síntesis que, a modo de escaparate o vidriera, invitan al lector a ingresar al diario. Por supuesto que en esto también hay excepciones.

En uno u otro formato, siempre los periódicos tienen en su primera plana lo que se denomina zona de cabecera, destinada a la identificación de la publicación (logotipo) que, si está centrado, conforma otras dos zonas que se llaman “orejas” y que pueden ser utilizadas para publicidad. En la cabecera se ubica también, siempre en el mismo lugar, el precio del periódico y el número de edición; a veces otra información sobre cantidad de páginas o secciones, la fecha y en algunos casos el “lema” o frase identificatoria de la ideología o intenciones del periódico.

El resto del espacio se organiza de manera distinta cuando se trata de un sábana o de un tabloide. En los primeros puede haber un título principal de apertura “plena” (es decir, ocupar todo el ancho de la página) o compartida (generalmente sólo dos informaciones). No hay acuerdo sobre cual ángulo (si dividimos la página estándar en cuatro) llama primero la atención del lector; mientras algunos optan por la dirección de lectura en occidente u oriente, otros dicen que el primer impacto dependerá de los elementos que se pongan en juego (tipografía, foto, ilustración, etc). Generalmente uno de los dos títulos que comparten una primera plana, lleva foto.
En el tabloide las portadas o primeras planas tienen invariablemente un título dominante y una fotografía dominante que pueden o no coincidir. Esto sucede porque a los fines de seleccionar la foto de tapa, no siempre los criterios son estrictamente informativos; influyen otros aspectos como la calidad, el impacto, la capacidad de emocionar. Pero siempre hay un Centro de Impacto Visual. En los últimos años, algunos periódicos que mantienen el formato sábana han aprovechado algunas de las ventajas de los tabloides; por ejemplo, han incorporado un sumario que a veces tiene forma de franja vertical u horizontal que hace las veces de vidriera, a veces incluso con color o pequeñas fotos. No son resúmenes pero sí anuncios de noticias. También se usan íconos para identificar secciones o clases de noticias.
En uno y otro caso, la primera plana también es un elemento de identidad y para ello hay formas estables de hacer la primera plana en cada diario.

El retiro de tapa es la página par que sigue a la primera plana, que está justo al otro lado de ésta. En algunos tabloides tiene un destino diferenciado. Puede hacer las veces de sumario o brindar de manera estable ciertos servicios o contenidos. En otros tabloides es simplemente una página como las demás, integrada con la primera impar, generalmente para una información destacada. En los diarios con formato sábana no tiene ningún destino en especial.

La contratapa puede ser usada para espacios fijos de entretenimiento y servicios o bien ser considerada una página más. Una opción intermedia es el uso para una sección fija. Por ser paralela a la tapa es una de las últimas que se imprime y suele llevar color.

Ya en el interior de un periódico, y según el contenido que contengan, es posible diferenciar espacios o áreas que, en beneficio del lector, jamás deben confundirse. Porcentualmente, el periódico está en su mayoría dividido en dos áreas: el área o espacio redaccional y el área o espacio publicitario. A estos dos se suma, con mucha menor superficie, el espacio o área administrativa, utilizada por el periódico para informar sobre su domicilio, en algunas ocasiones el nombre de su director y otros datos de ese orden.

Morfológicamente siempre en un periódico es posible diferenciar los contenidos periodísticos de los publicitarios. No sólo cuestiones de diseño, ilustración o tipografía actúan como elementos diferenciadores, sino también la ubicación en las páginas. Así, según criterios aceptados en todo el mundo en diseño gráfico informativo, los avisos publicitarios se agrupan siempre en la base o pie de las páginas, reservando los espacios superiores para los contenidos periodísticos. Cuando en una página va más de un aviso, éstos se distribuyen de mayor a menor, de afuera hacia adentro o formando escaleras.

En los medios gráficos la publicidad se estructura en módulos, siendo éstos la unidad mínima de contratación publicitaria en una página. El tamaño de los anuncios se expresa según la fórmula base por altura; la base indica el número de columnas que ocupa de ancho el anuncio, en tanto que la altura señala el número de módulos que abarca en sentido vertical. Así, un 2×3 será un anuncio de dos columnas de ancho por tres módulos de alto. Se estima que las páginas impares son más vistas por los lectores que las pares, razón por la que los avisos en esas páginas suelen ser más caros.

Todos los periódicos tienen una manera de organizar sus contenidos. Lo hacen en secciones, es decir, grupos de páginas (a veces de un número estable, otras veces variable) que reúnen textos que responden a una misma tipología de contenido, según una clasificación que se ha hecho previamente. Así, es posible encontrar en los diarios y periódicos secciones que agrupan los contenidos periodísticos por un criterio geográfico (internacionales, nacionales, locales, departamentales), por un criterio de ámbito temático (política, economía, sociedad, policiales, educación, cultura, espectáculos, etc), o por la combinación de distintos criterios.

Esta organización no sólo tiene por fin ordenar para el lector los textos; también es un reflejo de cómo está estructurada la redacción del periódico (si tiene o no y cuánto personal periodístico destinado a producir contenidos para tal o cual sección) o de qué manera considera, la dirección de ese medio, que se puede “dividir” o “seccionar” el universo de lo publicable. La existencia o no de ciertas secciones, así como la cantidad de páginas que se le destinan de manera estable es también un indicativo de las prioridades políticas, ideológicas o económicas de un medio.

Una vez decididas por la dirección, las secciones de un diario son fijas, es decir que ningún medio gráfico varía día a día o semana a semana su manera de distribuir los contenidos. También es estable la ubicación de cada sección en el cuerpo del diario.

Con cierta independencia respecto del cuerpo principal del diario, aunque siempre se distribuyen juntos, existen los suplementos, publicaciones que tienen como mínimo cuatro páginas, que generalmente se pueden extraer para leer por separado y que tienen un ámbito temático (por lo tanto un público) determinado. La diferenciación de los suplementos es también muy fuerte desde el punto de vista del diseño en general (tipografía, uso del color, recursos gráficos, etc.). Hay distintos tipos de suplementos.
Prácticamente siempre es posible distinguir en cualquier diario o periódico los suplementos fijos, es decir aquellos que tienen una frecuencia estable de publicación, un estilo gráfico identificable y también estable y un contenido determinado; estos suplementos tienen también un nombre propio. El ejemplo más claro de este tipo es el suplemento deportivo que suele acompañar a la edición de los lunes, o el suplemento de espectáculos que normalmente se publica en los diarios de grandes ciudades los días viernes. En los grandes diarios de alcance nacional, la publicación de suplementos claramente diferenciados por intereses de grupos es una estrategia para obtener y conservar público lector. Es decir, se produce un diario que nadie leerá completo, pero que tiene contenidos para todos los gustos, al menos algún día de la semana, con lo que se garantiza también un nivel de ventas estable.

También existen suplementos que, llamados especiales, no tienen una frecuencia estable y tal vez aparezcan sólo una vez. Se trata de publicaciones que se confeccionan especialmente para una fecha en particular (el Día de la Industria o el aniversario de la fundación de la provincia), o con motivo de la realización de una actividad que interesa destacar o que se estima que tendrá mucho público (una carrera de autos en la provincia, el comienzo de las clases). Estos suplementos especiales no tienen, por lo tanto, un nombre propio y se producen con un objetivo fuertemente comercial. Existe, excepcionalmente, el caso de partes de la estructura del diario que se autodenominan suplementos, pero que no pueden separarse del cuerpo principal de la publicación. Se trata, en general, de secciones fijas que reciben la denominación de suplemento para lograr cierto realce, porque alguna vez fueron suplementos o porque se está probando la posibilidad de convertirlo en un elemento separable. También como excepción es interesante mencionar el caso de suplementos fijos que lograron adquirir tanta importancia, por el nivel de sus contenidos o por la cantidad de público lector que convocaban, que terminaron separándose definitivamente del diario que les dio origen. Un ejemplo de esta situación es la revista Ñ que nació como suplemento cultural de los sábados en diario Clarín y que actualmente se puede comprar opcionalmente con el diario o solo.

Tipografía 

La tipografía es uno de los elementos que más contribuyen a la personalidad gráfica, a la identidad y a la posibilidad de diferenciación tanto de un periódico en general como de sus distintas secciones y suplementos. Esto significa que no es algo que varía día a día sino que se elige cuidadosamente.

En un sentido estricto, tipografía es el estudio y aplicación de las distintas categorías de letras, familias y recursos tipográficos y su incidencia en la legibilidad.
Existen muchos criterios de clasificación tipográfica. Uno de ellos, el que aquí se considera más claro, se refiere a cuatro grupos o categorías de letras, atendiendo básicamente al dibujo de su remate. Así, podemos hablar de letras de palo seco, letras egipcias, romanas, de escritura o góticas y de fantasía. Dentro de cada uno de estos grupos, hay “familias” de letras.

Las letras de palo seco, o sans serif (sin serif) tienen los rasgos del mismo grosor y carecen de remates o serifs. Entre las familias más conocidas de este tipo podemos encontrar la Helvética, la Univers, la Avant Garde, Arial, la Futura, etc. Sans serif
Las letras romanas tienen los rasgos de distinto grosor y remates o serifs. Entre las familias más conocidas de esta categoría se encuentran la Times, la Goudy Old Style, la Bodoni Book, entre otras.
Las letras egipcias tienen rasgos de idéntico grosor. El remate es rectangular y del mismo grosor que el resto de sus rasgos. Algunas de las familias más usadas de esta categoría son la Memphis, la Beton, la ITC Lubalin Graph, entre otras.
Las letras góticas o de escritura se reúnen en familias tipográficas inspiradas en las caligrafías clásicas que trataban de imitar la escritura manual usada antaño.
Se denominan Fantasía aquellas familias tipográficas que utilizan motivos decorativos o que por sus rasgos transmiten al texto que se escribe con ellas ciertas características (soltura, humor, juventud, terror, etc). No se utilizan en textos o títulos informativos.
De todas formas, y dada la enorme cantidad de familias tipográficas existentes, así como las posibilidades de la computación gráfica, siempre habrá letras difícilmente enmarcables en alguna de las categorías mencionadas.
A la clasificación por categorías y familias se suman otras. En función de su figura las letras pueden ser redondas, cursivas, minúsculas o de caja baja, mayúsculas o versalitas (letras mayúsculas que tienen el mismo tamaño que las minúsculas).
Por su ojo o grosor de sus rasgos, las letras pueden ser superfinas (extralight), finas (ligh), seminegras (medium), negras (bold), extranegras (extrabold), condensadas o expandidas, huecas o sombreadas.

La legibilidad es el factor más importante a tener en cuenta a la hora de elegir una tipografía para componer un texto e incuestionablemente, el tamaño (o cuerpo) de la letra tiene un claro efecto en la legibilidad de la tipografía elegida. De todas formas no se puede pensar que mientas más grande sea la letra más se incrementará de forma proporcional su legibilidad.
El cuerpo elegido siempre debe estar en función de otros factores, como el ancho de la columna en la que se compone el texto. En la mayoría de los periódicos se utilizan para los textos cuerpos 9 o 10, para columnas de entre cuatro y cinco centímetros. Las decisiones tipográficas incluyen también el espaciado: entre letras, entre palabras y entre líneas.

Se denominan recursos tipográficos a aquellos elementos gráficos que, en combinación con las tipografías, permiten diferenciar un texto de otro, destacar un contenido, identificar una sección, etc. Entre ellos, los más conocidos son el corondel (línea muy fina que separa una columna de otra, aún en el mismo texto), líneas en general, recuadros, bandas, filetes, etc.

Imagen gráfica 

Con los avances de la informática y su aplicación en los medios gráficos, la imagen no fotográfica ha tenido un gran resurgimiento. La informática no sólo permite graficar y colocar los gráficos con facilidad en una página sino también es una ayuda a la hora de procesar la información. Sin embargo incluimos aquí también el dibujo o caricatura que fue la primera imagen que acompañó a los textos periodísticos y que aún tiene un papel fundamental, aunque actualmente como ilustración de notas de opinión o comentarios.

Imagen fotográfica 

Desde su invención ha sido un elemento fundamental en los periódicos, aunque tuvo que pasar un tiempo hasta que se pudo reproducir bien en un diario. Desde el gran avance de la televisión, ha sido más valorada, con la ventaja que otorga el ser fija y poder mirarse detenidamente.
Es el elemento fundamental para crear impacto visual y por ello generalmente hay una sola fotografía fuerte por página, y prácticamente no hay páginas que no tengan una foto.
Respecto de su producción, sólo algunas veces los periódicos cuentan con fotos del momento en que ocurre el hecho del que trata la noticia; en general siempre son posteriores al hecho, por lo tanto muestran o deben mostrar muy bien sus consecuencias.

Un papel muy importante juegan las fotos de archivo, no sólo para recordar hechos, sino para apresurar la edición de una página cuando se puede, por ejemplo, entrevistar por teléfono a alguien. También hay producciones fotográficas en los diarios (antes existían sólo en las revistas), especialmente para secciones especiales o suplementos.

 Infografía 

Combinación de elementos visuales y textuales para contar algo, la infografía se ha constituido en un nuevo género periodístico consistente en la transmisión de información utilizando fundamentalmente gráficos, dibujos, textos, ilustraciones e incluso fotografías. Su aparición casi diaria en los periódicos también está relacionada con los avances de la informática.
La producción infográfica conforma un sector de trabajo en la redacción y normalmente quien la hace es un periodista con formación gráfica o un gráfico sobre la base de las indicaciones de un periodista. La interpretación de una infografía permite al lector, generalmente, responderse a la pregunta ¿cómo pasó? o ¿cómo pasará? determinado hecho o de qué manera se desarrolló o desarrollará algún proceso.

 Retícula 
La retícula es algo así como el esqueleto de la publicación, la estructura invisible que subyace en las páginas de cualquier publicación bien diseñada. La retícula estandariza, como mínimo, los siguientes elementos: tamaño de la publicación, blancos de cabeza, pie, corte y lomo, número de columnas y su ancho, número de líneas del cuerpo e interlineado y módulos publicitarios. Todo esto es fruto de decisiones de diseño que se toman en el origen de una publicación y son propias de cada periódico.

Decidido el tamaño de la publicación y determinados los blancos de cabeza y base así como los de los lados, se llama “mancha” o “caja” al área útil o imprimible de una página.

En el ejemplo, una página impar:

Una división vertical del área útil nos permite saber, para el tamaño de letra elegido para los textos y el interlineado establecido, la cantidad de líneas que caben. Una división horizontal determina el número y ancho de las columnas (cuatro en el ejemplo), con su separación o “calle”.
También se decide la modulación publicitaria, es decir, las unidades mínimas de contratación de espacio en el periódico

 Composición de los textos en columnas

Una característica del diario es el encolumnado de los textos. Este encolumnado es el resultado de la división, en partes o segmentos iguales, del ancho de la superficie impresa de una página. Es decir, que es una segmentación horizontal. Su objetivo es facilitar la lectura y alivianar la relación figura/fondo de la página.

Los diarios sábana tienen entre 6 y 8 columnas y los tabloides entre 4 y 6, habitualmente 5. Hay que distinguir entre columnas naturales y falsas. Una columna natural es la mínima medida de columna en que, en ese diario, se puede diagramar un texto. Aunque puede variar de un periódico a otro, en un periódico dado su medida es fija, estable, y generalmente oscila entre los 4, los 4,5 y hasta los 5 cm.

Las columnas naturales se clasifican en interiores y exteriores. Una columna es falsa cuando el texto se extiende horizontalmente, invadiendo la totalidad o parte de una o varias columnas vecinas. Una medida natural es una o dos columnas completas. Falsa: 1 1/2 (una columna y media), 2 1/2 (dos columnas y media) y 3 en 4 (tres columnas falsas en el espacio de cuatro naturales).

En los elementos de composición debe incluirse también la marginación del texto que, dentro de las columnas es siempre justificado, salvo excepciones.

 Diseño en periodismo
Podemos definir al diseño como el arte de transformar una idea en un orden estructural y visual. Particularmente, el diseño gráfico es este arte aplicado a la confección de libros, revistas, folletos, etc, entre otros materiales impresos. Al diseñador gráfico le corresponde la elección del formato, los tipos y familias de letras, las decisiones en el uso del color y la confección vertical y horizontal de las páginas. En todo diseño gráfico la forma y el contenido no son elementos independientes, sino todo lo contrario. Su función esencial es facilitar la comunicación y este aspecto funcional lo distingue de la plástica.
En periodismo, el diseño tiene tres funciones:

  •  La creación de un orden
  •  La jerarquización de las informaciones
  •  La atracción del lector

Si bien esta última función es importante, lo que distingue al diseño periodístico o diseño de información de otras aplicaciones del diseño gráfico es precisamente que toda decisión en este ámbito debe estar necesariamente sujeta a la función informativa o periodística de la publicación. Esta es la razón por la cual, generalmente, los periódicos serios conforman equipos de trabajo en los que el diseñador trabaja sobre la base de criterios fundamentalmente periodísticos.

 Diagramación: Es la palabra utilizada para el “diseño” de una página en particular. “Hacer el diagrama” de una página es definir aspectos de ubicación, tamaño, ilustración, etc. de un contenido determinado.

Bibliografía:
AMBORT, Mónica y otros – El Periodismo Gráfico. Los periodistas, el periódico, los géneros – Op Oloop Ediciones, Argentina, 1995.Cap II: El periódico
ARMENTIA VIZUETA, José L. – Las nuevas tendencias en el diseño de la Prensa – Ed. Univ. Del País Vasco, España, 1993. Cap. 1.2: “El diseño gráfico” – “Funciones del diseño periodístico”
FIDLER, Roger: Mediamorfosis. Comprender los nuevos medios – Ed. Granica – Argentina, 1998
RIVADANEIRA PRADA, Raúl – Periodismo – Ed. Trillas, España, 1995.
ZORRILLA RUIZ, J. – Introducción al diseño periodístico – Eunsa, España, 1997- Cap. 2: “La tipografía”, Cap. 3: “La retícula” – Cap. 4: “La arquitectura de la página” – Cap. 5: “Principios generales de diseño”